García Abril, Preludio de Mirambel, nº 1

La última grabación antes de las vacaciones. El Preludio de Mirambel, nº 1 de García Abril. Mirambel es un pequeño pueblo de la provincia de Teruel. Es una pieza lírica, de contrastes, extraña en ciertos momentos. Me ha faltado algo de tiempo para pulir, hay un problema con la articulación de los arpegios, no da más la mano, (me pareció más asequible al principio pero como todo, cuando entras en detalles se surgen dificultades inesperadas).



"Los Preludios de Mirambel de Antón García Abril es una colección de seis preludios cuyo período de creación están compuestos va desde 1984 hasta 1996. Estos Preludios reciben el nombre del pueblo turolense perteneciente a la región aragonesa del Maestrazgo, llamado Mirambel. Los seis preludios dan una impresión de continuidad creativa y su filosofía creativa es clara. García Abril no cree en el objeto sonoro, para él la única vía de comunicación con el público es la melodía.

En el primer Preludio de Mirambel, se aprecia cierta influencia raveliana, en los preludio n° 2, 3, 5 y 6 se observa el carácter popular con un marcado acento español. El nº 4 es el preludio más moderno, audaz, con una variedad rítmica compleja y virtuosista.

Estos preludios presentan unas características. Más que de tonalidad, se escuchan centros tonales, que el compositor utiliza para modificar las células y los motivos. Usa fórmulas muy pequeñas, que sumadas en el discurso general, proponen frases muy extensas, transmisoras de sensación de infinidad espacial. Recurre al contrapunto para crear diferentes texturas. 

El Preludio número uno es una página muy expresiva. En el origen de su dedicatoria- “A mi hijo Antón”-, entonces estudiante de piano en el conservatorio madrileño, apreciamos la esencia inspiradora del mismo. Fue su hijo Antón quien lo estrenó en el Real Conservatorio Superior de Madrid. Al comienzo de la partitura se puede leer la indicación escrita por el autor de: “lentamente e libero”, por lo que advertimos su carácter sereno y el tempo pausado de la obra. 

El compositor utiliza una variedad de texturas y colores sonoros para crear un sonido único y memorable. Se estructura en tres partes: introducción, desarrollo y conclusión. La armonía se basa en progresiones armónicas y acordes que crean un sonido dinámico y evolutivo. La dificultad técnica se manifiesta en la velocidad, ritmo y complejidad de los patrones de manos. La introducción presenta un tema principal que se desarrolla a lo largo de la pieza. El desarrollo introduce variaciones y modulaciones que crean un sonido dinámico y evolutivo. La conclusión finaliza la pieza con un retorno al tema principal.

El material constructivo empleado por García Abril en este Preludio es sencillo y directo. Los seis primeros compases constituyen la raíz temática de la obra, introduciendo una célula motívica –seisillo de fusas seguido de una figura de larga duración- que recorre la partitura. La pieza crece en intensidad a medida que avanza la tensión armónica de una sección compuesta por acordes densos, que desembocan en una pausa o calderón. Con aire misterioso, el compositor hace aparecer nuevamente el material temático del comienzo, que conduce directamente al fin, tras exponer un equilibrado planteamiento en la estructura. Estéticamente la composición recoge la influencia impresionista, apreciada sobre todo en la vaporosidad y transparencia del lenguaje. Así mismo, observamos que el pensamiento musical garciabriliano trasluce aquí una escritura precisa.