Este año continuo con el arreglo de villancicos populares españoles. Este es el único período del año que hago este tipo de actividad, habiendo tanta música buena por tocar... Pero me lo paso bien, llevo la melodía cantada al piano y le añado un acompañamiento. Por lo que he visto, no es muy común adaptar este tipo de villancicos más populares al piano. De todas formas, creo que queda bastante decente, algo diferente a como nos suenan estos villancicos. Así que he preparado el "Arre Borriquito". Mi sorpresa ha sido averiguar que es de creación reciente, 1930 y con autoría conocida, Ricardo Boronat.
Fue un compositor español nacido en Alcoy, 1879 y fallecido en 1946. Es conocido por componer la música del villancico "Arre borriquito" mientras que la letra fue escrita por el escritor, periodista e historiador Diego San José de la Torre. Boronat también compuso otros villancicos muy conocidos, por ejemplo, "A Belén pastores, a Belén chiquitos".
El villancico compuesto entre 1925 y 1930, tiene un origen marcial, ya que en la biografía de su compositor se le bautiza como "villancico militar", algo que cuadra con su estridente fondo de tambor en el estribillo (en Fa Mayor), un recurso musical muy empleado en las marchas militares, que alterna con la estrofa (en Do Mayor). Su interpretación es muy común en las festividades navideñas debido a su musicalidad y a su aceptación entre los niños, que acostumbran a encontrarlo divertido.
Como anécdota, se dice que este villancico lo cantaron los miembros de la división azul durante su estancia en la estepa rusa en la segunda guerra mundial, alistados como voluntarios, o bien, para limpiar sus antecedentes.
Que el protagonista de este villancico sea un burro, que debe acudir rápidamente a Belén –la interjección «arre» se emplea para estimular a las bestias– no tiene nada de particular, y se añade a las muchas figuras de animales que acompañan a los pastores y a las gentes de la más variada condición que se acercan al lugar del nacimiento –«en un portal miserable»– para agasajar al Niño Dios. Y este hecho se reviste de carácter festivo: «que mañana es fiesta / y al otro también», proclama la segunda parte del estribillo, que resuena al final de cada una de las tres estrofas que componen el ingenuo villancico.
Letra del villancico
(Estrofas)
Tengo puesto un Nacimiento
en un rincón de mi casa
con pastores y pastoras
y un palacio en la montaña.
Allí vive el rey Herodes,
allí viven sus soldados,
todos están esperando
que lleguen los Reyes Magos.
En el cielo hay una Estrella
que a los Reyes Magos guía
hacia Belén para ver,
a Dios hijo de María.
Cuando pasan los monarcas,
sale la gente al camino,
y a Belén se van con ellos,
para ver al tierno Niño.
Hacia el portal de Belén
se dirige un pastorcito
cantando de esta manera
para alegrar el camino.
Ha nacido el Niño Dios
en un portal miserable
para enseñar a los hombres
la humildad de su linaje.
(Estribillo)
Arre borriquito,
arre, burro arre,
anda más deprisa
que llegamos tarde.
Arre borriquito,
vamos a Belén,
que mañana es fiesta
y al otro también.
En cuanto a la letra, en ella figuran todos los elementos propios de un «Nacimiento»: pastores y pastoras, el rey Herodes con su palacio en lo alto de una montaña y sus soldados, los Reyes Magos y la Estrella que los guía, María, el Niño, el portal de Belén… Y, por supuesto, el Niño es el centro de atención: «Dios hijo de María», «tierno Niño», «Niño Dios». Son los versos de la última estrofa los encargados de centrar el auténtico mensaje del villancico: «un portal miserable» es el lugar elegido para el nacimiento de Dios hecho Hombre, con objeto de hacer patente «la humildad de su linaje». Y a ese Niño es al que toda la gente de Belén quiere ver –salvo Herodes– acompañando a los Reyes Magos en su camino hacia el portal.
Respecto al estribillo es destacable en la primera parte la presencia de los dos tipos de erre vibrantes (múltiple: «arre -presente de imperativo repetido tres veces-, borriquito, burro») y simple («deprisa, tarde») ayudan a que la aliteración refuerce el carácter apremiante de la orden que recibe el «borriquillo/burro»: es necesario marchar muy rápido ante la inquietud de llegar con retraso a Belén, tanto el propio burro («anda»), como quien lo monta («llegamos»). Podría ocurrir que esta forma verbal («llegamos») hiciera las veces de plural sociativo, invitando al lector al recorrer en su mundo interior el camino que conduce a Belén.