Scarlatti, sonata K.466

Esta sonata de Scarlatti es una de las más bonitas, clasificadsa dentro del grupo de las sonatas españolas. Se trata de una sonata bipartita, o sea, un solo movimiento dividido en dos partes iguales y repetidas. Scarlatti anticipó mucho de los desarrollos formales que conducirían al llamado "estilo clásico". Por esto se le considera como el primer compositor clásico aunque por otro lado, la tempestuosidad de su música también es una premonición del romanticismo.

Esta sonata es una obra maestra de carácter lento, lírico, con un cantabile muy al estilo de Chopin, con algunos momento que evocan un nocturno y que transmite tranquilidad y paz. Comienza con una sucesión de arpegios que definen un tema melancolico, de carácter apasionado, que anticipa la expresividad del romanticismo. Estos arpegios servirán como modelo de acompañamiento en la mano izquierda. A su vez, el ritmo de la melodía está marcado por tresillos y corcheas y este gana en dinamismo cuando los tresillos de la melodía se contraponen a las corcheas del acompañamiento.

Por último, las notas de adorno desempeñan un papel fundamental en la música de Scarlatti. Una de las más empleadas por Scarlatti era la acciaccatura:

• Del verbo italiano "acciaccare" que significa aplastar.
• También se denomina apoyatura breve en contraposición a la apoyatura, que puede designarse como apoyatura larga o doble.
• Es una nota no armónica tocada un tono o un semitono por encima o por debajo de la nota principal.
• El adorno se libera inmediatamente pues el énfasis está en la nota principal y no en el adorno.
• En el Barroco era habitual que la música se interpretase en el clavecín, un instrumento que no permitía aportar ninguna clase de matices. De ahí surgió la necesidad de adornar las melodías de la época para dotar de variedad y estética a las composiciones.

Al comienzo de la sección B aparece el modo frigio, con mi y re bemoles en una cadencia frigia (IV6-V), un tipo de semicadencia desarrollada especialmente en la península ibérica por los polifonistas del s. XVI. Esta cadencia es importante por su signo de identidad modal y de estilo peninsular.