Bortkiewicz

Sergei Bortkiewicz (1877-1952). Nació en Ucrania, entonces parte de Rusia en 1877, en el seno de familia noble de origen polaco; y murió en Austria en 1952. Se formó con Liadov en el Conservatorio de San Petersburgo (pero no con Rimsky-Korsakov y Glazunov, ya que estos eran profesores de teoría y composición).

En 1900 viajó a Leipzig (Alemania) para continuar sus estudios con profesores discípulos de Listz hasta que en 1902 completó sus estudios. En 1904 regresa a Rusia y tras casarse volvió a Alemania y se instaló en Berlín, donde empezó a componer. De 1904 a 1914, continuó viviendo en Berlín. En verano visitaba a su familia en Rusia y viajó dando conciertos por toda Europa. También dio clases en el Conservatorio Klindworth-Scharwenka, donde conoció al pianista holandés Hugo van Dalen, una amistad que duraría toda la vida.

Al estallar la primera guerra mundial, y al poseer nacionalidad rusa, primero fue arrestado en su casa y luego obligado a abandonar Alemania. Regresó a Ucrania y se estableció como profesor de música y concertista. Sin embargo, con la llegada de la revolución rusa tuvo que dejar esta vez su país al tiempo que su madre moría. Los peores momentos coincidieron cuando se encontraba de viaje en Yalta así que con apenas 20 dólares y unas maletas tuvo que embarcarse con su esposa hacia Estanbul en 1919. Había perdido además toda su fortuna en Rusia.

En Turquía, Bortkiewicz, recibió la ayuda del sultán, empezó a dar conciertos e impartir clases. Fruto de los conciertos y de sus nuevas amistades en Turquía consiguió un visado para Yugoslavia, teniendo que esperar primero en Sofia (Bulgaria) antes de llegar a Belgrado y finalmente conseguir un visado para pasar a Austria con su esposa en 1922. En 1925 obtuvo la nacionalidad austríaca.

En Viena entabló amistad con el filósofo Ludwig Wittgenstein que había perdido su mano derecha en la primera guerra mundial, al igual que su hermano, Paul, que alcanzó fama como concertista. Por esta razón Bortkiewicz le escribió una obra para la mano izquierda. Este filósofo, relacionado con otros músicos del momento (R. Strauss, Prokofiev, Ravel, entre otros) encargaba y compraba los derechos de autor de las obras, que él mismo tocaría, de forma que hasta hoy día es casi imposible obtener copia de los trabajos no publicados y encargados por Wittgenstein, cuyos derechos son propiedad privada (Hong Kong). Algunas de las piezas para mano izquierda, no obstante, fueron escritas de nuevo para dos manos.

En 1928 se mudó de nuevo a Berlín pero con la llegada del nazismo fue perseguido al ser ruso y no pudo dar más conciertos en Alemania. En una carta fechada el 21 de abril 1933 Bortkiewicz escribió a Hugo van Dalen: "Después de la revolución de Hitler casi todos los productores de ópera y muchos directores de orquesta han sido sustituidos por otras personas con las que tengo que negociar de nuevo todos mis trabajos [...] Estimado amigo, perdona mis incesantes quejas y súplicas. Usted es un ángel y seguro que entiende lo difícil y desagradable que me resulta pedir. Si no fuera por mi pobre mujer ya habría puesto fin a mi vida hace mucho tiempo. [...] A pesar de que tengo una buena reputación en Alemania, todavía soy un extranjero y se nos mira mal al no ser auténticos alemanes. Hay menos oportunidades para cualquier posición [...] "

Bortkiewicz y su amigo van Dalen.

Volvió a Viena donde permaneció hasta su muerte en 1952. Durante estos años y con la segunda guerra mundial (1939-1945) Bortkiewicz sufrió grandes penurias económicas y de nuevo recibió la ayuda desinteresada de su amigo van Dalen en varias ocasiones. Gran parte de sus composiciones propiedad de su editora alemana fueron destruidas con los bombardeos en Alemania y Bortkiewicz perdió sus ingresos.

En 1945, entró a trabajar en el Conservatorio de Viena, obteniendo así un ingreso que le permitió al menos vivir con menos preocupaciones. En 1949 su mujer fue diagnosticada de depresión maníaca como consecuencias de las penurias vividas durante la guerra, hecho que dejó a Bortkiewicz profundamente afectado.

No fue hasta 1952, el año de su muerte en Viena, cuando se reconoció su valor como compositor y pianista. Bortkiewicz escribió a su amigo van Dalen explicándole que, por fin, había actuado como solista, con una gran orquesta y había podido mostrar lo que era capaz de hacer. Parece que los críticos se sorprendieron al descubrirlo. 

El estilo de Bortkiewicz estaba muy basada en Chopin, Liszt, Rachmaninov, Tchaikovsky, el primer Scriabin y la música popular rusa. No se vio afectado por las tendencias de la música del siglo 20 (nunca se consideró a sí mismo como un compositor modernista). Destaca por la calidad individual de sus composiciones, la riqueza melódica y el dominio de la forma. Escribió en un estilo muy propio que puede ser reconocido inmediatamente como "típicamente Bortkiewicz". Además de la hermosa lírica también existe con frecuencia una atmósfera de profunda nostalgia, la nostalgia de pasadas alegrías. El efecto emocional fruto de su vida combinado con sus rica melodías hace que su música sea muy atractiva.

Bortkiewicz pensaba que el arte en general había decaído desde los momentos de gloria con Rubinstein y Tchaikovsky y ahora existía un "arte falso". Su filosofía era que "uno no debería tanto como sea posible sino observar, considerar y asimilar las impresiones". Rechazaba el cine y creía que "lo que uno produce, por ejemplo, al piano, mientras se está analizando y estudiando una pieza musical, aunque suene terrible, merece la pena más que cientos de horas gastadas en la radio, cuando entonces la música carente de sentido, se convierte en repugnante. Las músicas divinas de la música se han convertido en unas gastadas prostitutas."